
La cicatrización es el proceso natural de recuperación de la piel después de una herida y las opciones de tratamiento pueden variar en función del tipo y momento de la cicatriz, si esta en un proceso de maduración o si ya está madura, logrando así la mejoría gradual de la apariencia, textura e irregularidad de la piel. Aunque la mayoría de las cicatrices se aclaran y aplanan con el tiempo, las cicatrices pueden ser particularmente notables debido a su tamaño, forma o ubicación.
Es importante recalcar que el tratamiento de cicatrices debe ser combinado con múltiples tecnologías y técnicas para obtener los mejores resultados. Así, dependiendo de sus características podemos agruparlas en cicatrices hipertróficas, queloides, atróficas, hiperpigmentadas o hipopigmentadas.
En el caso de cicatrices hipertróficas o queloides, se requiere de infiltración con medicamentos para disminuir el grosor y la inflamación de la piel, todo está encaminado a mejorarlas y en algunos casos dependiendo de la severidad, la mejoría puede ser solo del 20-30%.